¿Pasaron los
tiempos de salir a la calle a predicar? La pregunta se ha planteado en la mayoría de iglesias evangélicas en España. Ya entrando en la segunda década del siglo XXI, y en una sociedad posmoderna, el compartir el evangelio en espacios públicos parece haber perdido fuerza. Pero ahí están quienes siguen creyendo en la importancia de predicar a pleno pulmón en la calle. Es el caso de Jacob Bock, que junto a otras decenas de voluntarios se sube a su “caja roja” (red box) en la Plaza del Sol de Madrid, y habla con la gente que se para a escucharle.Bock explica sus opiniones con sencillez, sin muchas complicaciones, y con una convicción muy fundamentada por experiencias concretas. Siete años de predicar en el centro de Madrid le sirven de prueba que eso de que la gente ya no se para a escuchar es un mito. Cree en el evangelismo en la calle, sin demasiados rodeos: “Nuestro estilo se súper sencillo: una caja, orar unas horas antes, sales, te subes encima de la caja, levantas tu voz sin megafonía y empiezas a hablar con la gente”. La clave no está en los artificios. “Amor, pasión, creatividad y un toque de Dios en tu vida”, con esto basta. “Y mira cómo la gente responde”, añade. MADRID, España (eMision.net / Protestantedigital.com)
