![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgbhQj28U0SbyysZcm4ryQzommFG1nF2Ttx-L5EQl8y3epFy6W5gU6-c4G_t6G73juSiDmKFbuCXDVBYdqDY_OANH4DjpyM4PX5Q7eOH9pNofokECCPt4IQKI09FEOni1WiiWQ-cgRFf78/s200/01.jpg)
La vía sexual es el principal modo de transmisión en el archipiélago
El sureste asiático ha experimentado en los últimos años diversas epidemias de VIH que ya afectan a entre cinco y 10 millones de personas en el continente. Hasta ahora, Filipinas se había mantenido como una honrosa excepción, como un reducto inexpugnable para el virus, que tiene una incidencia muy baja en el archipiélago, de menos del 0,1%. Pero según alerta una última revisión de los datos, la situación está a punto de cambiar. Los motivos por los cuales los filipinos no habían sufrido todavía los devastadores efectos del VIH, como sí lo han hecho otros lugares de Asia, se deben a diversos factores. Entre ellos, la geografía del lugar -a base de islas que no propician la inmigración-, la cultura conservadora respecto al sexo, la poca presencia de usuarios de drogas por vía intravenosa -la principal vía por la cuál se transmitió la enfermedad en el continente-, y la extendida práctica de la circuncisión masculina.Sin embargo, "los jóvenes, los hombres homosexuales y bisexuales, las prostitutas, los usuarios de drogas que hay y los filipinos que trabajan en otros países se han convertido en los últimos años en grupos muy vulnerables para contraer la infección", escriben en 'Journal of the International Aids Society' los autores de esta investigación, del Centro MAS