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domingo, 5 de septiembre de 2010

Los cielos cuentan la gloria de Dios,.....Salmo 19:1.

El 20 de noviembre de 1989 un periódico relataba el descubrimiento de una acumulación de materia en la Vía Láctea llamada «Great Wall» (Gran Muro), que mide por lo menos a lo largo 500 millones de años luz, a lo ancho 200 millones de años luz y tiene una profundidad de 15 millones de años luz. Al final del artículo mencionado se decía que una fuerza capaz de juntar tan gigantesca acumulación de materia supera completamente nuestra posibilidad de comprensión. Los científicos no pueden describir esa fuerza, sin embargo la Palabra de Dios nos dice que ésta existe. Sólo Uno dispone de tal fuerza: Dios, el Creador del cielo y de la tierra. El Salmo 33:9 dice: “Él dijo, y fue hecho; él mandó, y existió”. Dios es quien mediante la Palabra de su poder creó todo y mantiene todo. El universo habla de su gloria y su poder. Igualmente inimaginable, como lo es la grandeza del universo, así es el hecho de que ese gran Dios se interese por nosotros, pequeños seres humanos. Sólo podemos admirar humildemente su grandeza y su condescendencia.Dios también es un Dios Salvador deseoso de que todos los hombres sean salvos. Por eso envió a la tierra a su Hijo, el Señor Jesucristo, para que todo aquel que en él cree sea salvo. Hace casi dos mil años ocurrió la maravilla del Gólgota. Allá en la cruz Jesucristo soportó en lugar de los pecadores el castigo del Dios santo. Quien confiesa a Dios el peso de sus pecados y reivindica para sí la obra de la expiación, es salvo.