“Es un tema de control ambiental. No es un problema político y no debemos politizarlo”, dijo ayer Timerman. Ahora que la solución definitiva para el conflicto con Uruguay parece muy cerca, queda más claro que nunca que el tema es eminentemente político. Fue político en el peor momento de la relación entre Kirchner y Tabaré y lo es ahora en el acercamiento que muestran Cristina y Mujica. Serán científicos, y no políticos, quienes tendrán a su cargo el monitoreo de la pastera. Es lógico. Pero no fueron científicos los que metieron a los dos países en este lío. Tampoco los que ahora intentan sacarlos Fuente Clarin.com