El fenómeno cubrió veredas, patios, terrazas y autos. Ahora, los expertos descubrieron que es hierro y silicio proveniente de la erosión de los suelos del norte argentino y sur de Bolivia. Recomiendan no respirar el polvillo y limpiar lo que quede de él.La ciudad de Buenos Aires y buena parte del conurbano empezaron la semana con la calle, las terrazas, los patios y los capots de los autos llenos de un inusual polvillo blanco, amarillo, naranja, marrón, rojo y hasta rosáceo, según las distintas versiones. Esta especie de terrina apareció después de varios días de lluvia y fue atribuida, de apuro, al cambio climático y luego, con bastante fantasía, al resto de cenizas que emanaron de un volcán chileno. La Agencia de Protección Ambiental (APA) del gobierno porteño tomó muestras y las mandó a analizar “ante las numerosas consultas de los vecinos de la ciudad y con el fin de llevar tranquilidad”. MAS