Tenía sólo 13 años y apareció colgado en un árbol. El chico vivía cerca de Rosario de la Frontera, el pueblo donde ocurrieron la mayoría de los casos. Dicen que no tenía relación con las otras víctimas. Investigan si esta vez hubo un móvil sentimental.
Otro suicidio sacude el sur salteño. Se trata de un menor de 13 años, que se ahorcó atando una soga a un árbol. Lo encontró ayer su padre cerca de las 15.10, en la finca “Pozo Verde”, ubicada a 4 kilómetros de El Naranjo, un pueblito que está a 18 kilómetros al noroeste de Rosario de la Frontera. La ciudad sigue conmocionada: con éste, ya son ocho los chicos que decidieron ahorcarse para quitarse la vida. El padre de la víctima –trascendió que su nombre es Gonzalo Godoy–, peón rural en la finca, llegó a su casa y le encargó al chico que fuese a buscar el caballo. “Pasó el tiempo, y al ver que mi hijo no volvía, opté por ir a buscarlo. Cuando llegué al lugar donde solíamos dejar pastando al animal, vi a mi hijo colgado de un árbol, con el mismo tiento que yo le había dado para que trajera a la casa el caballo”, le dijo el hombre, entre llantos, a la policía de Rosario de la Frontera cuando llegó al lugar.Fuentes del caso, informaron a Clarín que a un costado del árbol donde se ahorcó el chico, encontraron su celular. “Entre los mensajes, había varios que nos llamaron la atención. Al parecer estaban dirigidos a una mujer mayor que él”, explicaron. Y agregaron que “esta persona le pedía que la dejara de molestar, que ella ya no quería saber nada”.MAS