El reverendo Klaas Hendrikse puede ofrecer a su congregación poca esperanza de que haya vida después de la muerte, y no es el tipo de persona que busca congraciar a la gente.Con una presencia imponente en sus ropas negras y alzacuello blanco, Hendrikse preside el servicio dominical en la Iglesia del Éxodo en Gorinchem, centro de Holanda.mas
