La pregunta es ¿debemos seguir confiando en los servicios de internet que guardan nuestra información?El crecimiento de internet no parece tener fin y con él la cantidad de transacciones comerciales, de entretenimiento, información y comunicación también van en aumento.Y en aras de prestar un servicio personalizado la mayoría de los sitios requieren que sus usuarios ingresen datos personales como direcciones de correo electrónico, nombre, fecha de cumpleaños, dirección postal, y en algunos casos tarjetas de crédito.La alarma ante los ataques recientes se dispara porque al ingresar este tipo de información en sitios con buena reputación, el usuario está implícitamente confiando en la seguridad de la página. Cuando la realidad demuestra lo contrario, la decepción y el sentimiento de traición son grandes.NOTA COMPLETA