"Primero nos ignoraron, luego se rieron de nosotros, después nos atacaron... entonces vencimos "

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***Primer diario digital Cristiano*** Emitido en la ciudad de Paysandù, con noticias de todo el acontecer sanducero, y del mundo comentado desde la optica cristiana "Una mirada diferente de la realidad"

martes, 29 de marzo de 2011

Todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro.........Filipenses 4:8. ....

Con estas palabras la azafata me indicó que el asiento en el que acababa de colocar mi equipaje de mano y donde me disponía a instalarme durante el vuelo ya estaba ocupado.  Esto me recuerda a un cristiano de otros tiempos llamado Bede el Venerable, conocido por su saber y su piedad, quien vivió en los años 672-735 en el norte de Inglaterra. Se cuenta que un día ciertos monjes que luchaban contra las tentaciones fueron a visitarle para pedir su ayuda y sus consejos. –Por experiencia sé de qué hablan ustedes, les contestó el sabio. Voy a darles, pues, mi secreto. Es simple: cuando la tentación viene a llamar a la puerta de mi corazón, acostumbro contestar: Este lugar está ocupado… y con esto todo se acaba. Ocurre lo mismo con nosotros, cristianos del presente siglo. Desarrollemos nuestro amor por Cristo y por los suyos, de manera que seamos capaces de rechazar sin esfuerzo las vanidades y tentaciones de este mundo, porque apreciamos otros gozos. Fue la experiencia de Moisés, quien dejó las ventajas de la corte de Faraón para compartir las esperanzas del pueblo de Dios: “Por la fe Moisés… rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón… teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios” (Hebreos 11:24-26).       Cuando el corazón de alguien está lleno de Cristo, el diablo no puede poner otra cosa en él. Si la tentación llama a nuestra puerta, contestemos: –¡Inútil insistir, este lugar está ocupado!