El hambre es lo más letal que ha inventado la injusticia humana. Causa más muertes que todas las guerras. Elimina a cerca de 23.000 vidas al día, ¡casi mil personas por hora! Las principales víctimas son los niños.Al día de hoy son ya 950 millones las personas amenazadas por el hambre crónica. Eran 800 millones el año pasado. Pero aumentó el número debido a la expansión del agronegocio, cuyas tecnologías encarecen los alimentos, y a la mayor extensión de áreas destinadas al cultivo de agrocombustibles, producidos para saciar el hambre de las máquinas y no de la gente.El ser humano soporta casi todo: políticos corruptos, humillaciones, agresiones, indiferencias, la opulencia de unos pocos. Hasta el plato vacío. Por eso incluso se puede decir que nadie muere por la falta completa de alimentos. Los hambrientos, cuando no tienen nada que comer, llevan a la boca, para engañar el hambre, sobras recogidas en la basura, lagartos, ratones, gatos, hormigas e insectos varios. La falta de vitaminas, carbohidratos y otros nutrientes esenciales debilita el organismo y lo hace vulnerable a las enfermedades. Los niños raquíticos mueren de un sencillo resfriado, por carencia de defensas.Hay apenas cuatro factores de muerte precoz: accidentes (de trabajo o de tránsito), violencia (asesinato, terrorismo o guerra), enfermedades (cáncer o sida) y hambre. Ésta produce el mayor número de víctimas. Sin embargo es el factor que menos movilizaciones suscita. Hay campañas contra el terrorismo o la violencia de género, pero ¿quién protesta contra el hambre?Los miserables no hacen protestas. Sólo quien come se pone en huelga, sale a las calles, manifiesta en público su descontento y reivindicaciones. Como esa gente no sufre amenaza de hambre, los hambrientos son ignorados.Si los dueños del mundo quisieran acabar realmente con el hambre declararían el latifundio un crimen de lesa humanidad y permitirían la libre circulación de alimentos, parecido a lo que sucede con el dinero.De igual manera, si tuvieran también el propósito de erradicar el narcotráfico, en vez de agarrar a unos pocos traficantes, pondrían sus máquinas de guerra a destruir definitivamente los campos de plantación de marihuana, de coca, de opio y de otros “vegetales!”, transformándolos en áreas de agricultura familiar. Sin materias primas no hay traficante capaz de producir droga.
Pr Laruino
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