A lo largo de las costas de Noruega, cerca de las islas Lofoten, se halla un brazo de mar muy peligroso a causa de las corrientes remolinantes: el Maelström. Cosa extraña, cuando hace buen tiempo, el lugar es más peligroso. ¡Cuántos barcos, engañados por el aspecto inofensivo del lugar y descuidando las advertencias indicadas en los libros de navegación, se han acercado imprudentemente al torbellino y han zozobrado! En el plano moral y espiritual, esto nos hace pensar en el comportamiento de numerosos seres humanos seducidos por Satanás. Cierran los oídos a las advertencias dadas por la gracia de Dios y siguen su camino en una dirección peligrosa. Quizá se digan: «Todo me va bien, tengo buena salud, una vida familiar feliz, un trabajo agradable y numerosos amigos…: no necesito nada». Pero a veces todo cambia bruscamente: las dificultades se desencadenan y parece que una espiral de problemas los precipita hacia un abismo sin fondo. ¿Es su caso? ¡No se desanime! Aún hoy es el día de salvación. Dios puede ayudarle a salir del abismo o impedir que caiga en él. De hecho, el verdadero pozo sin fondo hacia el cual el diablo precipita a los seres humanos que no se arrepienten, es aquel que los aguarda en el más allá. Jesús, que podía calmar la tempestad (Marcos 4:35-41), todavía tiene el mismo poder. ¡Confíele su vida; aún está a tiempo!