os ante la decepcionante actuación de los grandes protagonistas llamados a brillar con luces de neón pero se fueron entre las sombras de actuaciones deplorables y con una deuda impagable por el «daño causado» al mundo futbolístico.La lista es nutrida encabezada por el portugués Cristiano Ronaldo, el estafador más grande del mundial con una paupérrima presentación en Sudáfrica 2010. Hizo un gol hereje, enredado el balón en su espalda, ante Corea del Norte y nada más. Es en resumen el aporte de esta estrella del fútbol con un reparto de músculos en su humanidad pero escaso cerebro.Muy poco para un jugador que llegó como el aspirante a pelear con el argentino Lionel Messi la corona como el mejor del mundo pero mutiló su accionar con un desempeño burlón, ramplón y atascado para desenvolverse como un comodín intragable en la cancha.Cada pelota perdida el luso miraba la pantalla del estadio para acicalarse y comprobar si las cámaras captaron su mejor perfil. A eso se dedicó y jamás alcanzó una puntuación que satisficiera su propia soberbia. En esa corte de fracasados se ubica el inglés Wayne Rooney, un fiasco redondo para ser recordado por años como una de las figuras opacadas en el MAS
sábado, 3 de julio de 2010
Los estafadores del Mundial
El Mundial de Sudáfrica se extingue y quedamos con la miel en los labi
os ante la decepcionante actuación de los grandes protagonistas llamados a brillar con luces de neón pero se fueron entre las sombras de actuaciones deplorables y con una deuda impagable por el «daño causado» al mundo futbolístico.La lista es nutrida encabezada por el portugués Cristiano Ronaldo, el estafador más grande del mundial con una paupérrima presentación en Sudáfrica 2010. Hizo un gol hereje, enredado el balón en su espalda, ante Corea del Norte y nada más. Es en resumen el aporte de esta estrella del fútbol con un reparto de músculos en su humanidad pero escaso cerebro.Muy poco para un jugador que llegó como el aspirante a pelear con el argentino Lionel Messi la corona como el mejor del mundo pero mutiló su accionar con un desempeño burlón, ramplón y atascado para desenvolverse como un comodín intragable en la cancha.Cada pelota perdida el luso miraba la pantalla del estadio para acicalarse y comprobar si las cámaras captaron su mejor perfil. A eso se dedicó y jamás alcanzó una puntuación que satisficiera su propia soberbia. En esa corte de fracasados se ubica el inglés Wayne Rooney, un fiasco redondo para ser recordado por años como una de las figuras opacadas en el MAS
os ante la decepcionante actuación de los grandes protagonistas llamados a brillar con luces de neón pero se fueron entre las sombras de actuaciones deplorables y con una deuda impagable por el «daño causado» al mundo futbolístico.La lista es nutrida encabezada por el portugués Cristiano Ronaldo, el estafador más grande del mundial con una paupérrima presentación en Sudáfrica 2010. Hizo un gol hereje, enredado el balón en su espalda, ante Corea del Norte y nada más. Es en resumen el aporte de esta estrella del fútbol con un reparto de músculos en su humanidad pero escaso cerebro.Muy poco para un jugador que llegó como el aspirante a pelear con el argentino Lionel Messi la corona como el mejor del mundo pero mutiló su accionar con un desempeño burlón, ramplón y atascado para desenvolverse como un comodín intragable en la cancha.Cada pelota perdida el luso miraba la pantalla del estadio para acicalarse y comprobar si las cámaras captaron su mejor perfil. A eso se dedicó y jamás alcanzó una puntuación que satisficiera su propia soberbia. En esa corte de fracasados se ubica el inglés Wayne Rooney, un fiasco redondo para ser recordado por años como una de las figuras opacadas en el MAS