
El hombre posee una capacidad infinita para fabricar pretextos y excusas para justificar lo injustificable. En realidad para intentar justificarse y mirar hacia otro lado.Pero acabo de llegar del sur, de África, de aquí al lado. Allí, si uno observa, puede ver cómo son los propios hambrientos, los pobres, los despreciados, los que con su propia vida desmontan el tinglado y colocan las cosas en su sitio. Basta con querer escucharlos, con querer mirarlos y verlos. Basta con dedicarles unos minutos. Basta con no avasallar. Basta con dejar a un lado, por unos minutos, la prepotencia, los razonamientos del que supuestamente todo lo sabe, las cifras llenas de ceros que apenas ya si nos dicen nada. Para eso hay que querer ver. Y yo he visto no ver nada. MAS