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jueves, 15 de abril de 2010

Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos,la luna y las estrellas que tú formaste, digo:¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoriaSalmo 8:3-4.

Valores según la Escala Divina
Frente a la inmensidad del universo, de sus millones de galaxias, nuestro globo terráqueo sólo es un minúsculo grano de polvo. Ante esa inmensidad que entrevemos al mirar el cielo estrellado, nos sentimos muy pequeños, hasta insignificantes. Entonces surge una pregunta en nosotros: ¿Qué importancia tendrá mi vida? En el Salmo 8 David formula una pregunta semejante y luego afirma que Dios se interesa por nosotros. Sí, toda la Biblia revela este hecho. Dios se interesa de una manera particular y personal por cada uno de los aproximadamente seis mil millones de seres humanos que pueblan nuestro planeta. Dios no juzga según nuestros criterios; Él utiliza otra escala de valores según la cual, Jesús mismo lo dijo, un alma humana vale más que toda la tierra (Mateo 16:26). A menudo tendemos a imaginarnos la tierra como el centro del universo físico, pero la astronomía nos enseña que esa idea no es verdad. Sin embargo, moralmente la tierra representa mucho más que eso. Es la escena en la cual se desarrolló el acto moral más grande del universo. efectivamente, en la tierra, en Jerusalén, hace cerca de dos mil años, Jesús murió y resucitó. En la cruz Dios dio la prueba del valor que otorga a cada ser humano. Ofreció a su propio Hijo para rescatarnos. Ahora, gracias a este sacrificio, Dios acoge a todos los que acuden a Él por la fe.