Gastón Dedyn era cura de la iglesia católica pero se enamoró de una catequista casada y fue obligado a abandonar la institución por el no cumplimiento del celibato. Para poder mantener el amor por su pareja y por Dios, se sumó a los luteranos
“Mi relación con la Iglesia fue de una vida de mucho desafío y mucha entrega. Pero se me dejó del lado”, explicó el religioso a Infobae.com.Dedyn era cura de la iglesia apostólica romana de la Parroquia Nuestra Señora de Lujan de Baradero, en el norte de la Provincia de Buenos Aires, cuando conoció a Laura, una catequista casada con dos hijos.“La relación entre nosotros empezó a crecer y lo hablé con el arzobispado pero ellos no encontraron una solución”, explicó Dedyn y agregó: “La Iglesia me puso entre la espada y la pared: entre un amor humano que es mi pareja y un amor sagrado que es Dios. Yo no quería dejar mi sacerdocio pero tampoco la quería dejar a ella”.Dedyn explicó que el hombre necesita contención y eso era algo que una mujer se lo estaba dando. “Pensamos que la cosa iba a pasar, pusimos todo el esfuerzo para superarlo y llegó un momento que no se podía más. No me fue fácil, ni para a ella ni para mi”, confesó. “La Iglesia me dio la espalda”, dijo el religioso quien una vez que decidió seguir adelante con su relación quedó en la calle, sin subsidios ni cobertura. “El amor humano no le resta el amor a Dios”, recalcó. MAS
“Mi relación con la Iglesia fue de una vida de mucho desafío y mucha entrega. Pero se me dejó del lado”, explicó el religioso a Infobae.com.Dedyn era cura de la iglesia apostólica romana de la Parroquia Nuestra Señora de Lujan de Baradero, en el norte de la Provincia de Buenos Aires, cuando conoció a Laura, una catequista casada con dos hijos.“La relación entre nosotros empezó a crecer y lo hablé con el arzobispado pero ellos no encontraron una solución”, explicó Dedyn y agregó: “La Iglesia me puso entre la espada y la pared: entre un amor humano que es mi pareja y un amor sagrado que es Dios. Yo no quería dejar mi sacerdocio pero tampoco la quería dejar a ella”.Dedyn explicó que el hombre necesita contención y eso era algo que una mujer se lo estaba dando. “Pensamos que la cosa iba a pasar, pusimos todo el esfuerzo para superarlo y llegó un momento que no se podía más. No me fue fácil, ni para a ella ni para mi”, confesó. “La Iglesia me dio la espalda”, dijo el religioso quien una vez que decidió seguir adelante con su relación quedó en la calle, sin subsidios ni cobertura. “El amor humano no le resta el amor a Dios”, recalcó. MAS