Haití e Irak han sufrido hecatombes de dimensiones apocalípticas. El primero lo fue por causas naturales, el segundo por causas humanas. El efecto sobre el Estado y la población es idéntico y el dolor de las víctimas inocentes es el mismo, aunque las causas sean diferentes.Dos países diezmados, que apelan a la ayuda y reconstrucción, destruidos, los dos, a nivel de la estructura de Estado, de infraestructuras y de su propia alma nacional. De la noche a la mañana, desaparecen las administraciones, los archivos de jubilación, de impuestos, de antecedentes delictivos y de propiedad; como si tuviesen que nacer de nuevo.Según la encuesta de Research Business, las muertes violentas como consecuencia del conflicto de Irak se elevarían, en agosto del 2007, a 1.033.000. En el caso de Haití, las víctimas mortales del sismo se sitúan entre 150.000 y 200.000, conforme a las estimaciones de la fuerza especial de Estados Unidos desplegada en el país. En los dos casos, las personas afectadas se cuentan por millones, sin contar con el dolor, que no cabe ni en cifras ni en fajos de billetes de dólares.Hasta donde sabemos, los sismos y las armas de destrucción masiva pueden causar efectos similares en bienes y vidas humanas. Por lo tanto, nuestra vindicación ante tales amenazas debe ser tan clara como contundente: Previsibilidad, Solidaridad y Responsabilidad.MAS
"Primero nos ignoraron, luego se rieron de nosotros, después nos atacaron... entonces vencimos "
***Primer diario digital Cristiano*** Emitido en la ciudad de Paysandù, con noticias de todo el acontecer sanducero, y del mundo comentado desde la optica cristiana "Una mirada diferente de la realidad"