
Frente a los edificios derrumbados, entre los escombros y los cadáveres, miles esperaban la locomoción que los sacase de la ciudad. Los más afortunados cargaban una valija con las pocas pertenencias que pudieron juntar; otros no llevaban más que lo puesto. De vez en cuando se escuchaban gritos de desesperación y llantos. La gran mayoría pedía ayuda: agua, comida o asistencia médica. El olor de los cuerpos en descomposición era insoportable. En medio del desorden, y a veces atropellado por quienes peregrinaban en dirección contraria, el uruguayo Maximiliano Pérez, subdirector de Un Techo para mi País (UTPMP), intentaba brindar ayuda. La tarea era difícil, pues más del 40% de Puerto Príncipe, la capital haitiana azotada por el fuerte terremoto del 12 de enero, quedó destruido. Pérez nació hace 28 años en Paysandú y fue uno de los fundadores de la organización en Uruguay, la cual dirigió en 2006 y 2007, cuando fue trasladado a Ecuador para implementar Un Techo para mi País allí. MAS
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