Pasadas las elecciones y las disputas entre candidatos, los partidos mantienen discusiones internas. Tanto los que ganaron como los que perdieron tienen tema de discusión
Pasadas las elecciones, con las cartas a la vista, los partidos políticos siguen caminando –pensando en las municipales de mayo probablemente- pero no sin antes resolver los líos de entre casa. Los enfrentamientos con la orilla de enfrente quedaron de lado, los agravios y la propaganda ya no se ven. Pero ahora, para poder seguir, se sacan varios “trapitos” al sol. Tanto los que ganaron como los que perdieron tienen puntos de discusión. El Partido Nacional ha postergado la autocrítica y la unión entre los dos líderes, otrora integrantes de la fórmula, parece mantenerse firme. Luis Alberto Lacalle y Jorge Larrañaga han intercambiado expresiones positivas el uno con el otro y no han dado fuertes señales de querer echarse en cara la responsabilidad por la derrota. Algunos de los principales dirigentes admitieron que la autocrítica será “ineludible” aunque señalaron que el análisis profundo debe llegar después de las elecciones municipales.
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