Es fácil decir te amo y dar la espalda y seguir. Pero es extraordinario, cuando decimos ¡te amo! Y esa palabra va acompañada de una mano que levanta, de un abrazo que consuela, de una ayuda oportuna, de cuidados llenos de ternura, de una sonría, del servicio a otros.
¿Cuantas veces le decimos a Dios, que le amamos y no le seguimos, no le honramos, no le servimos?...Continúa leyendo aquí...
Porque siete veces cae el justo, y vuelve a levantarse; Mas los impíos caerán en el mal. Proverbios 24:16 |