A 10 años de la llegada de la pasta base de cocaína, Uruguay siente sus efectos. De las primeras dosis -detectadas en 2001- a hoy, muchas cosas han cambiado: se incrementaron los delitos contra la propiedad, se desintegró un concepto de familia, creció y se complejizó la población carcelaria y se hizo más profunda la brecha entre distintos barrios y clases sociales, por lo menos en la capital.No todo es culpa de la pasta base, es cierto. De todas maneras, expertos consideran la irrupción de esa droga como un elemento fundamental para entender algunas cuestiones de la sociedad uruguaya.MAS