Durante la campaña electoral de 2004, el Dr. Julio Ma. Sanguinetti acusó al Frente Amplio, entre otras cosas, de instaurar en el país "la grosería y la ordinariez como estilo". Son palabras muy duras pero nadie puede dudar de que, a partir de entonces, el lenguaje político ha cambiado entre nosotros y que la antigua socarronería criolla, la ironía refinada y el humor de buen gusto han sido sustituidos por lo que apuntaba el expresidente.Los ejemplos podrían sobrepasar esta columna pero basta con hacer referencia al modo de hablar del Sr. Mujica Cordano para tener una idea de que, en la materia nos despeñamos barranca abajo. "Choricez", "no sea nabo", "es una boludez", "no jodas", "me voy a la m...", revelan un lenguaje de boliche que es muy habitual en ciertas circunstancias y ambientes pero que es absolutamente inaceptable utilizar en medios públicos y, menos aún, desde elevados cargos. nota completa