No alcanzó a comprender la lección;
¡El que mata no encuentra su propio perdón!
No ha podido olvidar el horror,
la memoria es la cárcel de su corazón.
Ya no hay forma de ignorar la derrota,
las mentiras tienen patas muy cortas
y en las noches suenan voces urgentes,
son las almas de los inocentes.
Solo. El verdugo va quedándose solo.