La política uruguaya lleva tiempo atravesando una muy grave crisis, muchos dicen que no la hay pero remitiéndonos a los hechos creo es muy notorio. Una crisis que se manifiesta primeramente en dos sentidos. Por un lado, comienza a asentarse entre la opinión de algunos “analistas e intelectuales” la convicción de que, lo que en los últimos tiempos ha venido llamándose “la clase política”, comienza a dar síntomas inequívocos de sufrir una muy pero muy grave desorientación, aparte de un gran descompromiso social, lo que probablemente sea más preocupante, una creciente falta de capacidad analítico-crítica y reflexiva. De hecho no es que a los políticos les “falte oficio”, como podría decir simple y llanamente la “expresión popular”, pues es precisamente esto lo que ha degradado la actividad política hasta los niveles que hoy mismo comprobamos. Convertir la política en una profesión más, en un oficio, en una diligencia más bien rutinaria y burocrática ( ya tenemos experiencia en esto lo uruguayos ) que cualquiera podría desempeñar ha terminado con el debate de ideas, con la verdadera política.Cualquiera medianamente crítico, ha de convenir que hoy la política es un espectáculo más, alentado y agrandado por los medios de comunicación indiscutiblemente . Este binomio, políticos-mass media, ha derivado en una espiral de la que va a ser difícil salir, pues los unos necesitan de los otros indistintamente. Esta es la explicación creo según mi punto de vista Pr Laurino
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