Hace unas semanas, ante la indignación de la sociedad asistimos un día sí y otro también a la constatación de casos de abusos hacia niños y niñas. Frente a estos episodios, cabe hacernos en principio dos clases de preguntas: ¿Qué está pasando en nuestra sociedad?; ¿aumentaron los casos de abuso sexual?; ¿en qué clase de sociedad están creciendo nuestros hijos e hijas? Respecto a la primera pregunta, entendemos que el abuso sexual hacia los niños y niñas ha existido sistemáticamente a través de los tiempos, pero era un fenómeno oculto, muchas veces, a la interna del círculo íntimo familiar o de amistades. Hoy por hoy, los y las niñas y especialmente los y las adolescentes han empezado a ser conscientes de sus derechos y, por tanto, han empezado a contar lo que les pasa.Frente a esta situación, lo menos que se puede esperar es que una vez que un niño comente la situación de la que está siendo víctima, inmediatamente funcionen todas las herramientas y procedimientos tendientes a confirmar los hechos y, de constatarse, la rápida pena al abusador.Por supuesto que en el proceso que va desde la denuncia, comprobación y toma de decisión se debe ser cuidadoso en la forma de interrogar al niño/a y no someterlos a eternas y variadas preguntas que hacen mayor el dolor de las víctimas.Respecto a en qué clase de sociedad están creciendo nuestros hijos e hijas, no hay duda que la misma demuestra claros síntomas de estar enferma y lo peor, que en oportunidades el mundo adulto no asume las responsabilidades. .......mas