El estado de desinformación vigente consigue que la ciudadanía crea que esta insultante situación de injusticia y desigualdad, de obscena impunidad de sus responsables, es inevitable. Es falso, siempre se puede hacer algo; no hay más que echar una mirada
Hay "leyendas urbanas". La muchacha de blanco haciendo autostop junto a una curva peligrosa; el hombre que creyó conquistar una hermosa mujer, fue anestesiado y despertó con un riñón menos o que la coca cola desatasca tuberías. Falsedades que circulan por ahí como ciertas sin la menor prueba de veracidad.En la retorcida urdimbre que mantiene vigente y despiadada esta neoliberal crisis tienen un papel esencial las ocultaciones y manipulaciones de la realidad. Leyendas urbanas neoliberales. Las pensiones públicas se hundirán; mejor ceder ante los mercados o iremos peor; no es prudente molestar a la banca; son imprescindibles las reformas laborales y de pensiones para superar la crisis; el déficit, lo peor... Leyendas urbanas neoliberales y ocultaciones consiguen un perfecto estado de desinformación.En los años sesenta del siglo XX, cuando la minoría privilegiada quería impedir que los ciudadanos avanzaran hacia la justicia, recurría a los militares que se alzaban en sangrientos golpes de Estado contra el comunismo en nombre de la patria. América Latina es buen ejemplo. Hoy, la minoría privilegiada no suele recurrir directamente a las zafias dictaduras militares, salvo en Myanmar, Guinea Ecuatorial y algún otro lugar semejante. Esa minoría, que mangonea el mundo en su personal beneficio, utiliza la desinformación y la ocultación como herramientas para mantener a los ciudadanos en estado catatónico, inermes y desmovilizados, engañados e incapaces de reaccionar ante lo que se les viene encima.....mas