Problemas, tribulaciones, situaciones difíciles, llámele como quieras, pero siempre están a la orden del día y el hecho de que ahora somos hijos de Dios no significa que desaparecerán de nuestra vida, no, sino que ahora ya no estamos solos para enfrentarlos, ahora tenemos a Cristo de nuestro lado y por lo tanto tenemos la victoria segura. En este pasaje bíblico el Apóstol Pablo narra lo difícil de la situación que está viviendo por ser un servidor de Dios, pero me encanta la frase que dice: “Pero no me avergüenzo de lo que me pasa…”, y es que a veces creemos que por ser cristianos hijos de Dios, no tendríamos que pasar por tribulaciones o problemas, ¿Quién se invento esa mentira?, todos pasamos por situaciones difíciles que nos ayudan a fortalecer nuestra fe y nos enseñan a depender de Dios.