¿Cómo se hace cuando se quiere ver con claridad una cosa y sólo se alcanza a advertir su espectro?
¿A quién recurrir? ¿A los libros, a la academia, a un prostíbulo, a un confesionario, tal vez al esperpéntico boliche del Chiquito Otergui?Bueno, en eso ando.Quiero entender qué pasa con la enseñanza.Es decir, no con la educación, o sea la crianza, doctrina o instrucción que, con ese nombre, se da a niños y jóvenes, sino con el sistema o medio que se utiliza para ello; en otras palabras, me refiero al acto pedagógico.Usted dirá, lector, y quizás con razón, que demasiado tenemos encima con el intríngulis que se ha creado con la reforma de la educación. Ese es el objetivo final, claro. Pero, verá, me han superado su complejidad y ese hábito característico de los uruguayos, con técnicos y políticos a la cabeza, de entreverarlo todo. mas