Los escombros de la destruida capital de Haití forman montañas en el puerto, donde los llevan enormes camiones.
La maraña de metales retorcidos y bloques de cemento quebrados no es agradable a la vista. Pero sí lo es para las autoridades que planifican la reconstrucción: con esos materiales harán caminos, un malecón y otras construcciones con el fin de que Puerto Príncipe quede mejor que antes del terremoto del 12 de enero. Alrededor del 90% de los escombros se pueden reciclar. Ya se han usado para extender un muelle en el puerto y construir rampas para las topadoras usadas en la limpieza. "Los escombros tienen muchas vidas. No hay que descartarlos", dijo Mike Byrne, un especialista en desperdicios de la agencia de ayuda estadounidense USAID. "El reciclado de los escombros y sus usos potenciales pueden convertirse en agentes económicos de la recuperación". MAS