
El 12 de mayo se conmemora el 2º año de la muerte de Irena Sendler, la llamada madre de los niños del Holocausto. Una mujer que entregó su vida por lo más débiles. Le tocó vivir la ocupación nazi, la matanza de 6 millones de judíos.Irena era polaca, militante de la red de movimientos Zegota, red que salvó a 2.500 niños judíos de una muerte segura y atroz, acción en la que Irena tuvo un arriesgado papel. Para ello se sirvieron de multiples formas. Sacaron a los niños del gueto de Varsovia dentros de ataúdes, en bolsas, en camiones,entre las ropas… creándoles identificaciones falsas. Entregándolos a familias, conventos, centros diversos y guardando, sus verdaderas identidades, en frascos que escondieron durante años, siempre con la esperanza de que estos datos les devolviera algún día a sus familias después de la guerra. Muchos no lograron reunirse porque sus padres o familiares fueron asesinados en los campos de exterminio.En este segundo año de su muerte este artículo quiere ser un recuerdo de lo que fueron sus orígenes, su infancia, su hogar y el valor que ella concedió siempre a la lucha asociada y a las personas que influyeron tanto en su vida.Irena nació en Varsovia el 15 de febrero de 1910. El padre de Irena Sendler, Stanislaw Krzyzanowski era médico por vocación y se comprometió con la causa social. Luchó por la independencia de Polonia, participó en la revolución de 1905 y defendió los intereses de los estudiantes durante las huelgas de la enseñanza, por lo que fue perseguido. Además, fue miembro del Partido Socialista de Polonia (PPS). No pudo terminar sus estudios de medicina en la universidad zarista de Varsovia debido a su compromiso político y a su actitud patriótica. Se marchó a Cracovia, donde también fue expulsado de la facultad. Se licenció en 1908 en la ciudad ucraniana de Charkow.