Gritaré, aun sin voz y sin aliento.
Gritaré mientras sienta en mí un latido, por todas las gargantas que, carentes, silencian su gemido.
Gritaré por pequeñas grandes cosas: por esa mano falta de otra mano; por el hombre sin fe en su sementera; por la rosa en secano.
Por la amargura del amor tardío. Por el fuego que nunca halló frescor.
Por el beso que no encontró más nido que su propio temblor.
Por el vientre que no pudo dar fruto.
Por el pie condenado a la quebrada.
Por el que pide paz y sólo obtiene comprensiva mirada... Son cosas nimias..., sólo pequeñeces..., pero colman de acíbar los griales.
Son... plétora de seres caminando en quebrados cristales... Algo trivial, Señor: algo pequeño y que, tal vez, si Tú... pródigamente, pusieras un poquito de tu empeño... porque... verás, Señor; cualquier cristiano te sabe Omnipotente...
Ángeles García-Madrid (De la memoria... y otras cosas) Selecciona: Isabel Pavón