"Primero nos ignoraron, luego se rieron de nosotros, después nos atacaron... entonces vencimos "

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domingo, 28 de febrero de 2010

Uno de los soldados le abrió (a Jesús) el costado con una lanza,......Juan 19: 34-35..


Un tren expreso había chocado violentamente contra un tren suburbano que se había detenido a causa de una avería, aunque un empleado, blandiendo una bandera, había señalado el hecho. El conductor del tren expreso había salvado su vida saltando de la locomotora antes de la catástrofe. Algún tiempo después tuvo que comparecer ante un tribunal. Allí se le preguntó: –¿No vio usted al empleado que blandía la bandera exigiéndole detenerse? Él contestó: –Lo vi, pero tenía una bandera amarilla. Concluí que todo iba bien y seguí avanzando. Entonces fue llamado el empleado de la bandera y se le preguntó qué bandera había utilizado. –Una bandera roja, pero el tren no se detuvo. –¿Está usted seguro de que era roja? –¡Totalmente seguro!, fue la respuesta. Como los dos hombres insistían en la veracidad de su testimonio, se le pidió al empleado que mostrara su bandera como prueba. Entonces se esclareció el misterio: la bandera había sido roja, pero con los años y el sol, se había puesto amarillenta. ¡Cuidémonos de las banderas que pierden el color! ¡Cuidado con los mensajes supuestamente cristianos que ya no reconocen la necesidad y el valor de la sangre de Cristo vertida para quitar nuestros pecados, este elevadísimo precio pagado para darnos la paz! No temamos proclamar esta doctrina esencial de la Palabra de Dios: “La sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado” (1 Juan 1:7).