Los paraísos fiscales surgen como una suerte de caja B en la que los ricos guardan su dinero para no pagar impuestos. Son territorios que ofrecen escasa o nula tributación y que facilitan la evasión fiscal mediante la opacidad: se niegan a dar, e incluso a conocer, la identidad y el origen de las inversiones que reciben.Según cálculos moderados de la Tax Justice Network, en los paraísos fiscales recalan unos 12 billones de dólares.Gran parte de las sumas generadas por la especulación se encuentran en las cámaras acorazadas de los numerosos bancos que tienen filiales repartidas por todos estos paraísos fiscales. El dinero que ha salido últimamente de países empobrecidos, principalmente de Asia y de África, y que se ha refugiado en los micro estados fiscales, alcanza el billón de dólares. El 70% de las empresas españolas del Ibex-35, operan mediante filiales en paraísos fiscales, y así recientemente hemos sabido que Caja Castilla-La Mancha ha cerrado su filial en las Islas Caimán donde operaba desde hace años. Es simplemente una pequeña muestra, ello nos puede dar una idea sin embargo, de la magnitud de sucursales de bancos e instituciones financieras, que operan a mucha mayor escala que la maltrecha Caja intervenida tardíamente por el Banco de España.(1) Se ha sabido que el Banco Santander tiene 52 filiales en paraísos fiscales. Si se incluye la salida de dinero español hacia países europeos con ventajas fiscales para este tipo de operaciones, la cifra supera los 39.000 millones de euros en diez años (1997 a 2007) MAS