Países como El Salvador, Panamá y Honduras reforzaron sus leyes para castigar a los menores delincuentes. Buscan frenar la ola de violencia sin control
El Salvador y Panamá han reforzado sus legislaciones para castigar a los menores delincuentes, cada vez más numerosos y más violentos en toda la región centroamericana, aunque los expertos dudan sea el camino para erradicar las pandillas delictivas juveniles.Panamá rebajó la edad de imputabilidad del menor de 14 a 12 años, la misma que contempla el código penal en Costa Rica, en Honduras y en El Salvador, que también acaba de reformar la legislación incrementando de 7 a 15 años la pena máxima de cárcel para infractores de entre 16 y 18 años.En Guatemala y Nicaragua la edad de imputabilidad penal juvenil empieza a los 13 años. Para el especialista en legislación juvenil, Carlos Tiffer, este recrudecimiento de la ley es "parte del populismo penal de buscar respuestas a problemas de carácter social a través del derecho penal y particularmente endureciendo las sanciones a personas menores de edad"'.