lo?En cada una de las etapas de la creación, Dios vio que lo que había hecho “era bueno”. Sin embargo, en lo concerniente al hombre, Dios constató que no era bueno que estuviera solo. Entonces decidió hacerle una ayuda idónea formando a la mujer y dándosela como compañera (Génesis 2:18, 21-22).Este texto tiene por otro lado un alcance simbólico: Jesús, el hombre sin pecado, habría permanecido solo en su perfección si no hubiese pasado por la muerte de la cruz. Para que su Esposa, la Iglesia (el conjunto de todos los que han creído en su valioso sacrificio en la cruz), pudiera estar unida a Él, fue necesario que Él sufriera y muriera. El sueño de Adán y su herida son imágenes del sufrimiento y de la muerte de Jesús. Al despertar, Adán descubrió a Eva, su mujer. Después de su resurrección, Jesús volvió a hallar a los que habían creído en él, y que formaron el núcleo de la Iglesia naciente, la Esposa de Jesucristo. Jesús se sirvió de otra comparación para hacernos comprender la necesidad de su muerte: “Si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto” (Juan 12:24). Si un grano de trigo brota en la tierra, muere como grano de trigo, pero da origen a espigas llenas de fruto. La vida de Jesús no es la que nos salva, sino su muerte y resurrección, que nos aseguran el perdón, la paz y la vida con Él.